Vivimos en una sociedad traspasada por la violencia. Tendemos a obviar este problema mientras no nos afecta directamente, anestesiados por la repetición distante de sucesos en los medios de comunicación. Constituye una grave injusticia la incomprensión y hasta el olvido- hacia las víctimas, cuya grave situación merece un mayor reconocimiento político, social y legal. Son ya más de tres millones los extranjeros que viven en nuestro país. Su integración constituye uno de los mayores retos que afronta la sociedad española. La experiencia comparada muestra que en la educación está la clave de un proceso tan complejo y determinante. Una educación intercultural es el cimiento de una sociedad plural e integrada. El modelo energético actual es insostenible. Nuestro país es el que más se aleja en el cumplimiento de los compromisos del Protocolo de Kioto. Aumenta nuestra ineficiencia energética, al contrario de lo que ocurre en el resto de la UE. En manos de las empresas y los ciudadanos está la respuesta a una situación cada vez más preocupante e insostenible. Los jóvenes buscan un sentido, pero desde sí mismos. Han trasladado los muebles de la vieja casa tradicional y, por el momento, los tienen en el pasillo de su nuevo espacio mental sin saber cómo colocarlos en los distintos compartimentos de su nuevo hogar íntimo. Un conjunto de valores ampliamente compartidos sustentan una ética mínima, que permite articular la diversidad de sentidos.
