Pertenece María Zambrano a una generación de hombres de ciencia y letras que se vio forzada a optar entre el silencio y el exilio. Ella prefirió este último. Pero desde él fue testigo del drama de España y profeta de una esperanza de restauración democrática. Premio Cervantes de Literatura en 1988. Fallece en Madrid, el 6 de febrero de 1991