Los salmos emergen de la vida con sus contradicciones, sus luces y sus sombras. El salmo 23, que hunde sus raÃces en la vida real, no escapa a esta misma dialéctica. Tiene como telón de fondo un drama: existe un valle tenebroso, un valle de la muerte; hay enemigos; hay persecución... Y en ese contexto aparece Dios como pastor y como hospedero y nos asegura: Yo estoy contigo, nada te falta y habitarás en la Casa del Señor por dÃas sin fin. Dios toma partido: está de un lado de la contradicción, del lado de quien teme ser perseguido. Por eso podemos vivir tranquilos y confiados.