Si aquel dÃa no hubiese entrado en la Torre de Cristal, probablemente nada de esto habrÃa ocurrido. Nadie habrÃa muerto, nadie habrÃa perdido la cabeza y los secretos habrÃan permanecido bajo llave en sus cofres. Éste es el fascinante comienzo de Un millón de luces, y la Torre de Cristal, uno de esos grandes edificios de oficinas que pueblan cualquier metrópoli. Allà la narradora se ve involucrada en las vidas de jefes y compañeros cuyas inquietudes, secretos y obsesiones tejen una atmósfera que la va absorbiendo poco a poco. Clara Sánchez capta con ironÃa y ternura lo que los tiempos traen, y lo hace con la prosa sutil, enigmática y al mismo tiempo transparente y directa que la define.