En música, las obras se refieren casi exclusivamente a otras obras, por lo que se hace necesario considerar el particular sentimiento histórico que caracteriza el desarrollo de este arte. A ello se aboca el autor en la primera parte del libro. En la segunda, nos muestra el paisaje europeo de posguerra y expone las principales lÃneas del debate sobre forma y estructura, conceptos centrales entre los músicos de mediados del siglo XX. Aquà la referencia a Schoenberg -inventor del dodecafonismo e inspirador de la música serial- se hace insoslayable, puesto que lo que para los músicos de posguerra resultaba una contradicción insalvable entre forma y material -en el sentido de materiales nuevos en formas viejas-, para el compositor austrÃaco significó una profunda forma de compensación artÃstica. Por último, el concepto de representación. Pocas nociones han sido objeto de tantas interrogaciones en la historia de la música. ¿Cómo se escucha la forma musical?, ¿cuál es su naturaleza?, ¿qué hay de no musical en una pieza de música? Estas cuestiones nos llevan a considerar una posible dimensión representativa de la música, a la que el autor reinterpreta por medio de una noción amplia de metáfora. AsÃ, progreso, forma y representación funcionan en el libro como motivos musicales, que permiten repasar significativas corrientes de la estética musical desde el siglo XIX hasta hoy, y asomarse a los estimulantes debates de la época moderna.
