Al hacer el balance de su invierno, ¿qué pensará Augusto Pinochet ?. Quizás el silencio externo del caudillo, no sea sino la consideración pausada y final de las partidas, del pasivo y activo de ese balance. Es muy posible que sus voces interiores le manifiesten, como elemento central de ese pasivo, la terrible dureza de la represión que presidió. Que lo asalte la angustia al evocarla. ¿Qué responsabilidad tuvo él -de verdad- por esos hechos?, se preguntará, quizás, ansiosamente. ¿Ninguna? ¿Los autorizó sin ordenarlos? ¿Los insinuó, como el rey Enrique sugirió a sus cortesanos la muerte de Becket? ¿Los toleró, hizo la vista gorda por distintas, pero siempre subalternas condiciones? ¿No los quiso saber (pudiendo averiguarlos) , como Speer, el arquitecto y ministro de Hitler? ¿Qué dirá la sentencia definitiva del Dios en que cree? Los hombres que modifican la Historia suelen ser figuras de tamaño más que natural... de cualidades tan enormes, y (no raramente) caídas éticas tan profundas, como hondas y a menudo positivas con las huellas que dejan en la Historia. Como OHiggins, José Miguel Carrera, Portales, Arturo Alessandri... Pinochet Gonzalo Vidal