La princesa está triste porque ha perdido hasta la risa. Está tan seria y tan sosa que la llaman Prinsosa. Su alteza también se aburre soberanamente. También ha perdido la sonrisa. En esto el jardinero de palacio se enamora de su alteza, y le regala una rosa y la princesa acaba recuperando la sonrisa. Es la historia de la sonatina de Rubén DarÃo adaptada desde el punto de vista cómico y acompañada de preciosas ilustraciones. Contiene en las páginas finales el texto Ãntegro de la sonatina de Rubén DarÃo.