El camino de la educación cristiana está pavimentado de buenas intenciones, pero, aunque el corazón de los padres está siempre lleno de amor, su cabeza está llena de preguntas: ¿optarán nuestros hijos por la religión más adelante?; ¿cómo hablarles de Dios?; ¿por qué elegir esta Iglesia y no otra? ¿Y la práctica religiosa?; ¿cómo orar con ellos?; ¿cómo educarlos en la aceptación de los demás en una sociedad tan diversa?... Partiendo de la experiencia de un padre psicólogo y de un sacerdote relacionado con las familias, este libro puede ayudar a encontrar respuestas personales.