El autor es una cima de la mística española del Siglo de Oro y este trabajo es una de sus obras más emblemáticas. En ella el singular franciscano reflexiona sobre la profunda libertad que el hombre obtiene por su voluntad y por el amor que dedica a otros. Para Fray Diego de Estella, lo único que el hombre tiene en sentido estricto es el amor y de ahí la importancia que tiene saber a quién se lo da. A través de esta decisión trascendente el hombre alcanza su propia salvación y también la de toda la Creación. Una Creación que no es más que un reflejo del Creador y que aparece ante el hombre como fundamente de hermandad. Fray Diego de Estella nos muestra en el curso de estas páginas el vínculo fundamental de todas las criaturas y la señal inequívoca de Dios como sello de esta unión sagrada.