Con un neologismo del que se reconoce autor, Dominique Bertrand nos propone una sociodoxia, es decir, la manera en que es aceptada, percibida y vivida la sociedad global por el núcleo rector de una comunidad de mil miembros llamada a crecer: aquella Compañía de Jesús cuyo éxito fue una baza del éxito global del Occidente cristiano. Y nos la propone de una manera original: entre el gran fresco de la civilización y la monografía, el autor ha soñado en el término medio que supone el grupo de aquellos mil y la manera en que, en su cabeza, es percibida y se comporta la sociedad global.