Al enfrentarse a una clase de secundaria, los recién licenciados en Letras y en Ciencias cambian radicalmente su perspectiva: después de ocho años de E.G.B., tres de B.U.P., uno de C.O.U. y cinco años en la Universidad sólo saben ser alumnos; y, ahora, tienen que aprender a ser profesores.La mayor parte de ellos aprenderán a serlo por ensayo y error. Algunos, quizá por azar, acumularán errores hasta encontrarse en un callejón sin salida, en el que su trabajo diario en la enseñanza puede constituirse en una actividad estresante. La sociedad cada vez exige más a sus profesores, y la escolarización de todos los niños implica tener en clase a todos los problemas sociales pendientes. No es fácil ser profesor, sobre todo si nadie enseña a serlo.La profesión docente puede ser extraordiariamente atractiva: tratar con personas y no con cosas, seguir el rumbo de las nuevas generaciones, descubrir a los demás el valor oculto en la sabiduría, ayudar a otros a entender el mundo que nos rodea... Pero, para ello, hay que ganarse la libertad de estar en clase sin tensiones, afianzar la propia seguridad en uno mismo y dominar ese complejo mundo de relación que es una clase. El profesor novato tiene que hacer frente a cuatro grandes problemas:- Perfilar su propia identidad profesional. Para ello necesita abandonar su mentalidad de alumno y depurar un estilo docente propio, eficaz, adecuado a su personalidad y a sus propias concepciones de la enseñanza. - Entender que una clase es un sistema de interacción y comunicación. Para ello hay que dominar los códigos y los canales de comunicación, ajustando el ritmo de sus clases a las señales de interacción emitidas por los alumnos. - Organizar la clase para que trabaje con un orden productivo. Esto supone atender otra serie de funciones distintas a las de enseñar: hay que definir funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación, hasta conseguir que el grupo trabaje como tal.- Adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. El profesor novato tiene que entender que ha dejado la Universidad, tiene que desprenderse de los estilo
