La comunidad social y cívica a la que pertenecemos necesariamente nos exige como atributo convivencial la capacidad de entrega a los proyectos comunes comunitarios, dado que ellos se vislumbran como los acicates para la perfección humana que todos andamos buscando. Hemos intentado reflexionar sobre la Comunidad y la Animación Comunitaria en la sociedad actual, donde el valor de lo comunitario, cada día, adolece de enfermedades temporales y de incomprensiones semánticas.