El mundo de la pintura, los marchantes, los coleccionistas y los ladrones de museos es un laberinto fascinante regido por el poder de la belleza que puede salvar o destruir a cualquier amante. La energÃa de una obra de arte nunca desaparece, sólo se transforma. Pero la belleza también arrastra maleficios, sobre todo cuando te obliga a vivir más allá de la propia seducción. Sobre el desnudo de la adolescente que contempla la danza en el cuadro La alegrÃa de vivir , de Matisse, Manuel Vicent ha elaborado la historia amorosa de una mujer cuyo destino consiste en unir la belleza, el placer y la inmortalidad en un instante feliz que está también al alcance de cualquier lector.