No hablo en este relato de la Segunda Rep煤blica como periodo pol铆tico, o hist贸rico; s铆 de un ni帽o delante de ella. Empez贸 a vivir en una casa donde una mujer cos铆a a escondidas los tres trozos de tela llana de la bandera y los ocultaba bajo el colch贸n como hizo con su bordado Mariana Pineda, y le cost贸 la vida: 隆Yo soy la Libertad, herida por los hombres!, cantaba Margarita Xirgu, camino del cadalso en los versos de una tragedia de Lorca.