En primavera: alergias, anemia, depresiones, erupciones cutáneas, fatiga. En verano: diarreas, insolaciones, picaduras, sudoración excesiva. En otoño: lumbagos, gastritis, apatÃa, estreñimientos. En invierno: gripes, aumento de peso, empachos y resacas navideñas, artritis y artrosis. Muchas personas padecen durante las distintas estaciones y cambios climáticos estas dolencias, para las cuales la sabidurÃa popular prescribió recetas tan eficaces como sencillas y que el paso del tiempo dejó en el olvido. En esta obra, los remedios tradicionaeles de nuestras abuelas aparecen como una alternativa sana y natural para el cuidado de nuestra salud, sin olvidar la especial atención que requieren los niños personas mayores.