Desde los magníficos yacimientos arqueológicos de creta hasta la pintoresca isla de santorini, desde la cosmopolita corfú hasta los más apacibles islotes del egeo. Magníficos parajes que hacen sentir lo que lawrence durrell definió como islomania, esa dolencia del espíritu que llena al viajero de una indescriptible embriaguez hasta el final de sus días.