La ciudad eterna constituye, como dijera el poeta, un peligro para caminantes. Eterna fuente de inspiración y cobijo secular de artistas, roma es más que espectacular, gloriosa. El encanto de sus calles, la magia de sus noches y sus días de frenética actividad. Una ciudad para no descansar, cautivadora de sentidos y eminente testigo de su pasado.