Han pasado siete años y se ha comprobado que las partes obtienen con cierta facilidad la sentencia, pero cuando surgen los problemas, cuan la eficacia del derecho concedido se trunca, es precisamente cuando se trata de ejecutar lo acordado. La frustración es enorme en la persona que, aun viendo reconocido su derecho, no lo puede hacer efectivo, o que para lograrlo tiene que dejar pasar un largo plazo de tiempo, en que se deteriora su economía, o lo que es más doloroso e importante, no puede relacionarse con sus hijos.