El Asceta es un tratado de «misticismo duro», de misticismo antiguo y perenne, entendiendo el misticismo, la Mística, como todo aquello relacionado con ese espacio de consciencia en el que la persona, el místico, percibe su naturaleza transpersonal o divina. Por ello El Asceta es también una historia de amor, y por lo mismo una obra poética, y, sobretodo, como consecuencia, una obra muy sencilla.