La plena comprensión de la ópera tiene lugar en el teatro y, normalmente, sólo cuando se entiende el texto en su totalidad, bien porque la obra se reprensenta en el idioma del público que la presencia, bien porque ese idioma es conocido por quien la escucha. La creciente popularidad que este género está alcanzando, las representaciones en los grandes espacios –cuyos problemas se encarga la técnica de resolver-, la difusión de discos y cassettes y, quizá sobre todo, la universal presencia que le procura la televisión, exigen poner al alcanze del gran público guías que le orienten de modo adecuado; textos que enmarquen el ánimo del oyente en el libreto y la música que va a ver representar, y que le acompañen por el argumento y por las características de las partituras y de las voces de los intérpretes. Tal es la misión de este libro. Como es obvio, ha habido que hacer una selección a la hora de decidir qué óperas habrían de incluirse. Y se han incorporado 87 consideradas “clásicas”, de 41 compositores, desde Purcell a Britten, además de muchas otras que se mencionan en la obra. Las óperas ofrecidas en detalle se analizan desde una triple perspectiva: Introducción general, una sinopsis de la acción y un comentario musical con melodías representativas de cómo resuelve cada compositor la íntima fusión del drama con la música.
