Susceptible como pocas de convertirse en objeto de fabulación y leyenda, la figura de Ramón María del Valle-Inclán y el relato de su vida fueron acumulando a lo largo del tiempo incontables despropósitos, falsedades e inexactitudes que en lo sucesivo resultaron bendecidas por una tradición en absoluto deseosa de enfrentarse a la piedra de toque de los datos reales.