Wittgenstein escribe algunas de estas páginas hasta un par de dÃas antes de su muerte, en 1951, sabedor, desde hacÃa meses, del destino fatal que iba a depararle su enfermedad cancerÃgena irreversible. El diálogo, sobre todo, con Goethe, usa del concepto de color para desarrollar las pautas analÃticas y crÃticas peculiares de toda su segunda filosofÃa: la que ocupa su genio a partir de los años treinta, después de la gran crisis de sus años perdidos, tras la vuelta a Cambridge. Este texto, por tanto, es de interés, en primer lugar, para los estudiosos de la filosofÃa wittgensteiniana, pero también para quienes, en general, quieran elevarse a una perspectiva conceptual del color, más allá de su calidad fÃsica, psicológica e incluso artÃstica. El profesor Isidoro Reguera, catedrático de filosofÃa de la Universidad de Extremadura, hace en la introducción un análisis exhaustivo de este escrito, que supone, con el que trata sobre la certeza y algunos otros papeles, algo asà como el testamento filosófico de uno de los pensadores más grandes y reconocidos del siglo.
