Esta monografía ofrece nuevos criterios que, aplicados correctamente por la praxis, pueden darle al error de prohibición una dimensión mayor de la que ha tenido hasta ahora. Se parte de la necesidad de probar la relación psicológica entre el autor del delito y la norma que infringe. El problema de la inevitabilidad del error es básicamente un problema procesal, y para poder resolverlo con el mayor grado de certeza posible, se ofrece un modelo de juicio de ponderación basado en otros intereses relevantes, como la importancia del bien jurídico, el principio de tolerancia, algunos elementos que configuran ya la tipicidad delictiva del comportamiento, como la insignificancia y la adecuación social del hecho, el grado de determinación y certeza de las normas penales, el principio de confianza y buena fe, y la confianza en las informaciones suministradas por los expertos. Esta tarea la lleva a cabo el autor desde una reformulación del concepto de culpabilidad, que tenga en cuenta diversas circunstancias sociales y culturales del autor antes de la realización del hecho delictivo.