El fin del Pleistoceno La evolución no fue como te la habían explicado. Esta es la crónica del primer homínido que se inventó eso que llamamos progreso: Edward do- mesticó el fuego; mejoró las viviendas y los su- ministros; impulsó una dieta rica en proteínas; fomentó la agricultura, la industria, las artes y la cultura, y promulgó la diversidad genética. En definitiva, hizo todo lo que pudo por ayudar a la especie en su lucha cotidiana contra la extin- ción... aunque no siempre con la comprensión de sus congéneres. Es el libro más divertido que me haya leído nunca.