La aparición en la Primera Guerra Mundial de los carros de combate obligó a un cambio profundo de las tácticas de combate terrestre. Había que incorporar a ellas un arma tan significativa y, a la vez, había que diseñar modos de combatir a las que el enemigo pusiera en liza. Y, en contra de la percepción más generalizada, el ejército alemán no destacaba en ninguna de esas facetas cuando empezó la siguiente conflagración mundial: su carros de combate eran mediocres y escasos y sus medios para combatir a los del enemigo, ineficaces. Así, como la solución de emergencia para enfrentarse con alguna probabilidad de éxito a los carros británicos, franceses y, sobre todo soviéticos, nacieron los cazacarros. Y es a presentar a la primera generación de éstos a lo que se dedica el presente trabajo, realizado...por un reconocido experto, Javier Ormeño repasa los orígenes, desarrollo y empleo en combate de los cazacarros alemanes de primera época, prestando una atención especial a la serie Marder, que fue en la se basó la lucha contracarro alemana hasta la llegada de modelos más potentes.