La subcultura gótica arrancó silenciosa en 1980 pero no comenzóa arraigar aquí hasta 1982 bajo el término periodístico de ondasiniestra. Desde Madrid, Alaska y Los Pegamoides fueron pionerosen dar a conocer los iconos ingleses del género. Aunque eltexto abarca desde el año 1981 hasta 1985, también da cabida abandas y hechos posteriores cuando el fenómeno empezaba tímidamentea denominarse gótico. Trece capítulos, trece, dedicadosa rescatar la historia de decenas de grupos musicales estatalesque encontraron su sonido en la pesadumbre, lóbregos jardines,cementerios y las tinieblas de ultratumba, complementados conimágenes impagables de Miguel Trillo, Francesc Fàbregas, AlbertoMorante o Xavier Mercadé, entre otros, que lo captaron todocerteramente.