El asesinato de un párroco en la sacristía de su iglesia, que la policía atribuye en principio a una organización yihadista, sacude la tranquilidad de la vida de Sevilla. Javier Irigoyen, exnuncio vaticano, investiga por suc uenta, taratando de descifrar unos misteriosos mensajes inspirados en fragmentos de la Divina Comedia que el asesino deja a sus víctimas