Relatos que entrelazan dosis de realidad y ficción, y que consiguen atrapar al lector en una lectura absorbente. El cuento es en el hombre tan antiguo como la risa, la música o el baile. Una necesidad del espíritu, elucubraciones que pugnan por dar salida a los sueños. En los relatos de Sarah Álvarez de Miranda es difícil saber qué dosis hay de verdad o de ficción, porque ambas están tan entrelazadas que para entenderlos hay que esperar a los últimos párrafos. Aún así todo puede ser verdad o mentira.Sarah Álvarez de Miranda nació en Madrid en 1932. Desde niña tuvo inclinación a la soledad y el silencio, atenta siempre a los rumores de la naturaleza. Entre sus obras destacan El amargo sabor del azúcar, vivencias de la revolución cubana, y Entre dos fuegos, la experiencia de su familia durante nuestra contienda civil. Aunque ella se declara abiertamente cuentista. Sarah Álvarez de Miranda nació en Madrid en 1932. Desde niña tuvo inclinación a la soledad y el silencio, atenta siempre a los rumores de la naturaleza. Entre sus obras destacan El amargo sabor del azúcar, vivencias de la revolución cubana, y Entre dos fuegos, la experiencia de su familia durante nuestra contienda civil. Aunque ella se declara abiertamente cuentista. El cuento es en el hombre tan antiguo como la risa, la música o el bail...
