La mitad de la población reside hoy en las ciudades, el modelo urbanístico desde los años 60 es la ciudad como motor de despegue de la sociedad, priorizando el automóvil frente al peatón. El movimiento moderno termina con el estilo tradicional de vida donde las personas compartían espacios en los que convivir. Como cita Ben Hamilton en su artículo ?El espacio compartido?, las ciudades están cambiando a una velocidad acelerada y el tráfico de vehículos deja de ser el propósito de las ciudades y pasa a ser simplemente su fontanería. El diseño de las ciudades tiene efecto en las vidas de las personas y sus estilos de vida. El ser humano es por definición un ser social que necesita del resto de seres humanos y el coche y las ciudades tal y como están diseñadas están rompiendo esas relaciones haciendo que cada vez nos volvamos más asociales. Este número va dedicado a las iniciativas que quieren recuperar y rescatar todos los espacios urbanos que poco a poco han ido muriendo contaminados por el humo y el ruido del motor, crear espacios donde las personas puedan ser felices e intercambiar relaciones ya que el futuro y la viabilidad de las ciudades depende de esta calidad.
