Cuando el Papa Francisco era cardenal en Buenos Aires, se preocupó mucho de orientar la labor de los catequistas en su Arquidiócesis. Fruto de jornadas y celebraciones, nos quedan estos importantes mensajes en los que Jorge M. Bergoglio insiste en que la misión del catequista responde a una verdadera vocación al servicio de la comunidad cristiana. Ser catequista es participar de esa tarea pastoral de acogida, acompañamiento, anuncio y celebración de la fe con aquellos que buscan. Más allá de maestros de la doctrina, la Iglesia necesita testigos que salgan de sí mismos y transmitan la fe con la vida; auténticos servidores de la Palabra que antes se han dejado tocar por ella y su proyecto de vida. La alegría, la ternura, la cercanía… son rasgos de aquellos hombres y mujeres que antes han sido seducidos por esa Palabra de vida que anuncian. Jorge M. Bergoglio sj, nació en Buenos Aires (Rep. Argentina) en el año 1936. Religioso sacerdote jesuita, tras unos años de servicio en tareas de formación y de gobierno en la Compañía de Jesús, fue ordenado obispo el 27 de junio de 1992. Años más tarde (1998) fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires. Juan Pablo II lo creó Cardenal con el título de San Roberto Belarmino en el año 2001. En el año 2005 participó en la elección de Benedicto XVI como sumo pontífice y, tras su renuncia, en el último Cónclave (2013), Bergoglio salió elegido como sucesor de Pedro, tomando para sí el emblemático nombre de Francisco. El Papa Francisco es el primer papa latinoamericano.