Se trata de un bellísimo relato con características de mito que explica por qué nuestros sueños son extraños y, en ocasiones, compartidos. Hace muchísimos años, las familias preparaban las almohadas de los sueños para cada bebé que naciera. Cada almohada guardaba los sueños de su poseedor y lo acompañaba durante toda la vida. Nunca se usaba la almohada de otra persona, porque eso suponía soñar sueños ajenos. Pero un rey demasiado curioso quiso saber qué soñaban sus súbditos y recogió todas las almohadas del reino. Aunque su intención era la de mantener los sueños separados, un inesperado accidente mezcló las plumas que contenían todas las almohadas. ¿Cuál será el resultado de este caótico contratiempo?