Texto bello y cruel al mismo tiempo donde el autor vuelve a hablarnos de la soledad: siempre soledad, soledad sola, solitaria, vacía y seca soledad. El autor ha captado una señal de socorro que llega desde un andén frío y unas gargantas degolladas por el instinto de huida. Los personajes de Copete están poseídos, como nosotros, por esos ecos íntimos que reclaman identidades , amores, famas, porvenires y sueños. Con este libro inicia la editorial una colección de textos teatrales: La Luneta