(cómic)Bell es un personaje rescatado de los modelos que sirvieron a Conan Doyle para crear al célebre Sherlock Holmes. Joann Sfar lo hace convivir con un mundo fantástico, donde lo irracional es la norma y los fantasmas charlan plácidamente mientras toman una taza de té. Entre mitologías hebreas, gatos parlanchines y cuentos alocados, la presencia de las creencias populares sobre seres increíbles, parecen más verdaderos que los reales. Con el subtítulo de Los muñecos de Jerusalén, en este segundo episodio el autor inserta a su disoluto personaje en una ciudad laberíntica donde la convivencia de las tres culturas surge en su unión contra la presencia del mal: el Demonio mismo. Además de los endemoniados escarceos concupiscentes, Sfar presenta amores imposibles, sociedades secretas, la apasionada vocación de un médico por el alivio de los cuerpos y las almas y una cuadrilla sin igual: un fantasma filósofo, Oskar Mazock, un policía gordinflón al que Bell apoda Humpty Dumty (que parte las narices al mismo demonio en pelea callejera), un niño de confesiones variadas (católicas, judías y musulmanas) y dos seres reducidos al tamaño de un muñeco.
