Los ensayos reunidos en este libro proponen releer la modernidad latinoamericana de los últimos dos siglos como un largo proceso de adiestramiento de miradas, poses y enfoques. En casi toda América Latina tuvo lugar un proceso casi simultáneo al de las grandes exposiciones universales, de creación por parte de los sectores dominantes, de un complejo exhibicionario que se fue imponiendo gradualmente sobre las formas previas de circulación y consumo de objetos visuales y materiales: carnavales, ferias populares y espectáculos circenses; luego tertulias de artes y vistas, gabinetes estereoscópicos y panoramas. Reacomodamiento, pues, de espacios físicos y simbólicos de la ciudad, nuevas demarcaciones entre interior y exterior, espacios privados y públicos, y entre lo público y lo popular. Se trataría, en suma, de la autorización de un saber observar, de un punto de vista internalizado que permite clasificar de inmediato y casi por reflejo las escenas según escala de valor y sentido previamente establecidos.
