La falta de medios acorazados modernos en España,a comienzos de la década de los años 40 del siglo XX,provocó que las autoridades militares hicieran muchohincapié en la posesión de medios para luchar contralos carros de combate de un hipotético enemigo.De esta manera se agilizó la adquisición en Alemaniade cañones contracarro nuevos y modernos, asícomo diversa munición más potente para los yaexistentes en España.Entre otros cañones llegaron a nuestro país uncentenar y medio de piezas PaK 40, de 75 mm, elcañón más moderno y efectivo del parque artilleroteutón durante la Segunda Guerra Mundial.También se recurrió a otro material para los zapadores,como las minas anticarro de plato –Tellermine 42–o magnéticas –HHL-3m–, granadas fumígenas Blendkörper, fusiles lanzagranadas Granatebusche 39 obrocales para convertir los habituales fusiles Mauseren improvisados lanzagranadas.