Muchos padres están preocupados porque desconocen el uso que hacen sus hijos del ordenador y del teléfono móvil. Lo ideal es hablar con ellos, pero cuando la comunicación falla, la alternativa que les queda a los padres es convertirse en verdaderos espías informáticos -Hacker buenos- para intentar detectar las vulnerabilidades de sus hijos y protegerlos, mientras les ayudan y enseñan a hacer un buen uso de Internet y de las nuevas tecnologías.