Si creyente es aquél que un dÃa descubre al Señor y se postra ante El, Isabel Catez, la joven de Dijon (Francia), que en el Carmelo se llamó sor Isabel de la Trinidad, pertenece sin duda alguna al número de los grandes creyentes. ¡Y con qué fe y entrega tan asombrosas! Por curiosidad, o incluso por admiración, desde la primera vez que oye hablar de Cristo, empieza a tratarse con él en la oración. Y el encuentro con Jesús la llevará a entablar con él una relación indestructible. En este repertorio que ofrecemos, hemos recogido algunos de sus textos, dispuestos según los 52 domingos del año litúrgico. Estos textos no son comentarios homiléticos propiamente dichos. Son más bien meditaciones profundas que nos llevan a entrar sin cesar en contacto con su intuición de la presencia y de la santidad de ese Señor al que honramos de manera especial el domingo. No obstante, los textos de Isabel han sido elegidos en función del carácter propio de los diversos domingos y de sus respectivos evangelios.
