He de decir que a la hora de describir mi mundo interior y tratar de ponerlo en palabras, con la dificultad que ello implica, me he sentido especialmente a gusto con la experiencia, sobre todo cuando pienso en compartirlo con otras personas que se sientan interesadas por estos temas. He tratado de ser todo lo claro que se puede ser con éstos asuntos, aunque comprendo que, una cosa es lo que he podido expresar y otra bien distinta será la especial vibración que estas palabras sugieran al lector y la forma en la que éste entre en sintonía con su mundo interior. Si quisiéramos buscar un hilo conductor de todo el poemario, tal vez fuese el mundo espiritual, el desarrollo interior y el anhelo del ser humano de autotrascendencia. Espero que el lector disfrute al leerlo, al menos, tanto como yo lo hice escribiéndolo.