Los comienzos del último tercio del S.XX fueron un período negro para América Latina. En ese tiempo, poco después de completada la descolonización del Tercer Mundo, de acabada la guerra de los Seis Días en Oriente Próximo y de que el castrismo surgiese triunfante en Cuba, se instauraron los regímenes de Seguridad Nacional en América del Sur. Los golpes de Estado de la Argentina, del Brasil, de Paraguay o de Chile, por citar los más conocidos, sirvieron para implantar unas formas de gobierno autoritarias y burocráticas, popularmente conocidas como dictaduras militares, que decían enfrentarse al comunismo que inspiraba las revoluciones latinoamericanas.