Vivió sólo 27 años. Igual que Jim Morrison, Janis Joplin y Jimi Hendrix . Como ellos, redefinió el sonido del rock y le devolvió la vida en un momento en que las poses de las superestrellas y el virtuosismo de sus músicos lo habían alejado de sus raíces. Más aún, Kurt se convirtió sin quererlo en el portavoz de una generación que no está definida por la edad sino por una manera de ver el mundo que fue irónicamente la perdición de su ícono por excelencia.