Las aventuras de marco polo sonabas a cuento chino, pero es que hace ochocientos años lo de irse a china no era ninguna broma. Por el camino, el joven marco tuvo que enfrentarse a la terible niebla seca, a los bandidos y los piratas, atravesar mares, remotas montañas y desiertos encantados... Y todo para compartir un buen plato de tallarines con el hombre más poderoso del mundo: el emperador de los mongoles, al gran Kublai Khan.