El paso de un siglo a otro puede no ser en sà mismo significativo: lo fue, y en alto grado, para la literatura argentina -y para la sociedad en su conjunto- en la transición del XIX al XX. Se produjeron nuevos modos de convivencia. un aumento demográfico notable, flamantes manifestaciones polÃticas, cambios en las costumbres, mayor desarrollo de las ciudades. En la incipiente literatura -y de eso trata La crisis de las formas, quinto volumen de la Historia crÃtica de la literatura argentina-, transformaciones abrieron el sistema literario a una embrionaria modernidad. De un provincianismo que subsiste en el entusiasmo caracterÃstico de la Generación del 80 se pasa a una época de grandes rupturas en todos los ámbitos discursivos: en la poesÃa surge el modernismo; el discurso teatral recoge e incorpora jergas y lenguajes inmigratorios; el sistema narrativo se condensa en una más perfilada noción de novela; el lenguaje periodÃstico, con la aparición de la crónica y la opinión, adquiere velocidad; la crÃtica se institucionaliza y se promueve a partir de mayores exigencias de rigor. El presente volumen es un capÃtulo central en el relato que intenta establecer esta Historia; brotes y perplejidades se resuelven en proliferantes propuestas que son el fundamento del desarrolla que tendrá la literatura argentina en décadas posteriores.
