El título del libro alude, metafóricamente, a los votos de pobreza, castidad y obediencia que juran seguir los miembros de las órdenes religiosas dentro de la iglesia católica. El voto de silencio no sólo es indicativo del abuso de poder por parte de los propios perpetradores, sino del Vaticano, que ha hecho caso omiso de los reclamos de cientos de víctimas y, por el contrario, ha otorgado un espaldarazo a personajes como el padre Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo y quien desde la década de los cuarenta, por lo menos, ha estado envuelto en acusaciones de abuso sexual.En la mejor tradición del gran periodismo estadounidense, Votos de silencio mezcla dos géneros con gran fortuna: el reportaje y el ensayo periodístico. Ejemplo de ello son la multiplicidad de fuentes, así como una gran cantidad de entrevistas con los protagonistas de la historia, rigor en la precisión de los datos y una prosa que linda constantemente en el aliento literario.Además, interesantes crónicas de la vida de hombres contrastantes: el sacerdote estadounidense, de origen irlandés, Thomas P. Doyle, un padre dominico con experiencia como abogado en derecho canónico, quien así se desempeñó a principios de los ochenta en la Embajada Vaticana en Washington, DC, y el citado Marcial Maciel, originario de Cotija, Michoacán, quien ha desplegado una red inmensa de escuelas en Estados Unidos, Europa y América Latina donde se han formado prominentes figuras de la política, la economía y las artes.Pocas personalidades tan contrastantes como Doyle y Maciel al interior de la iglesia católica. El primero vivió los efectos y las promesas emanadas del Concilio Vaticano Segundo, una piedra de toque en la historia del catolicismo. Desde hace décadas, Doyle se ha dedicado a documentar, registrar y combatir los miles de casos de abuso sexual en Estados Unidos, que fueron objeto de una gran difusión por parte de los medios informativos en 2002. El dominico, se convirtió rápidamente en una voz priv