Desde los albores de la humanidad el ser humano se ha preguntado por su existencia, ha buscado comprender lo que le rodeaba y descubrir qué le depararía el destino. Desde la cueva al moderno templo virtual hay un gran paso, pero en el fondo las cosas no han cambiado tanto: el culto, aunque con diferentes matices, se mantiene. Los seres humanos, allí donde estemos, nos encontramos rodeados de dioses, entidades supremas que han formado parte de nuestra evolución.