El año 2010 vino marcado por el terremoto que asoló Haití el 12 de enero, y ha sido también el año de la Presidencia española de la Unión Europea, en la que no se lograron los objetivos marcados por el Gobierno español para forjar un plan de rescate de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Mientras el desempleo y la pobreza generadas por la crisis económica devastan buena parte de las comunidades más vulnerables a lo largo y ancho del planeta, el Gobierno español ha puesto contra las cuerdas el gasto social y ha recortado la ayuda ofi cial al desarrollo hasta situarla en los niveles de 2007. Una caída que tiene sin duda un impacto directo en la vida de miles de personas que viven en la pobreza, y también en la credibilidad y capacidad de liderazgo del Gobierno en materia de cooperación al desarrollo. La disminución de los presupuestos de cooperación hace imperativo que el Gobierno dedique lo que queda de legislatura a emprender las reformas que el sistema de cooperación español necesita.
