oemario de 48 páginas compuesto por sonetos. El presidente del jurado, el también poeta Miguel Ibáñez, valoró este hecho formal, algo poco habitual en la poesía actual y que continúa con la tradición de la literatura española de Quevedo y Góngora, entre otros. A pesar de esta forma clásica, el jurado ha afirmado que el autor demuestra una verdadera riqueza conceptual y un despliegue de imágenes sorprendente, uniendo tradición y vanguardia.