La encomienda mayor de San Antón de Castrojeriz fue fundada por el emperador Alfonso VII en 1146. El lugar elegido es un páramo misterioso que recogió los saberes y secretos de la Grande Orden Militar y Monástica de los Caballeros y Monjes de San Antonio Abad, cuyo emblema universal es la tau griega y que hunde sus raíces en el siglo IV de nuestra era con una triple función: militar, religiosa -de asistencia a los peregrinos- y de caballería, que había sido fundada en el enigmático desierto de Egipto por Antonio, patriarca de los monjes, quienes dejaron una herencia de vivencias espirituales y de saberes astronómicos que entroncaban con el Antiguo Egipto, de tal manera que se considera a los caballeros templarios continuadores de los ritos, vivencias y saberes de los antonianos. La orden tuvo una rápida expansión por África, Europa, Asia y América.