La amistad es un hecho, una alegría, ¡un rompecabezas! ¿Por qué, si la amistad es uno de los dones más grandes de la vida, a veces nos resulta tan complicada? La amistad está llena de matices: - Los muchos conocidos y los escasos amigos del alma. - Las amistades que no perduran en el tiempo. - La crisis del soltero, cuando se casan todos sus amigos. - Las amistades que no se profundizan. - Las amistades que lastiman. Partiendo de la hospitalidad como metáfora de la amistad, como el aprendizaje para crear un espacio donde el amigo se sienta acogido y pueda ser él mismo, sin máscaras ni necesidad de “quedar bien”, el autor ahonda en su propia experiencia y encara las gratificaciones (y conflictos) propios de la amistad. La amistad no crece espontáneamente (como quizás suponemos), sino que hay que construirla y profundizarla. Keith Anderson propone siete hábitos prácticos para cuidar y enriquecer nuestras amistades.