Roma, siglo XIII. Reginald de Orleans tiene una visión en la que la Virgen María le muestra un escapulario con tres nombres grabados en oro. Una vez la visión desaparece, Reginald decide poner por escrito los nombres. El pergamino quedará oculto durante siglos. Génova, siglo XIX. Bernard Birous, hijo de un próspero comerciante, tiene una visión. Hombre sin escrúpulos, amoral y ambicioso, decide entrar en la orden de los dominicos, convencido de que un día se convertirá en Papa. Escandinavia, siglo XIX. Una joven llamada Signy Vigeland afirma tener visiones de la Virgen. La Iglesia decide investigar la veracidad de sus palabras. Quebec, siglo XIX. Martin Goyette es condenado al destierro en Australia tras haber participado en una revuelta contra el gobierno británico. La única posesión que lleva consigo es una vieja estatuilla de la Virgen, regalo de su madre. Max Foran describe con gran habilidad el modo en que los destinos de estos seres van entrelazándose hasta fundirse inexorablemente.