En abril de 1992, Chris McCandless, de 24 años, se internó, solo y apenas equipado, por tierras de Alaska. Había regalado todo su dinero y abandonado su coche, y soñaba con una vida en estado salvaje. Cuatro meses más tarde, unos cazadores encontraron su cuerpo sin vida. Su historia, difundida en un reportaje de Jon Krakauer , suscitó una agitada polémica: para unos, era un intrépido idealista; para otros, un loco y un ingenuo sin el menor conocimiento de la naturaleza. El drama real que inspiró la aclamada película dirigida por Sean Penn. El misterio sobre los motivos de McCandless y su visión particular del mundo no dejarán indiferente a nadie.